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miércoles, 2 de septiembre de 2020

Crónicas de San Mateo-La Iglesia

Por Juvenal León Rodríguez, Cronista del Municipio Libertad


LA IGLESIA

La hazaña realizada por la cristiandad con la fundación de San Mateo de Orituco, dejó escrito en el corazón de la tierra que nacía la gratitud eterna a los representantes de Jesucristo; es por ello que cuando se cumplió el Tricentenario de esta `población oriental el 21 de septiembre de 2015, se celebró con jubilosa alegría 300 años de la presencia de la iglesia católica. En ella y por ella se brindó con entusiasmo en la fecha festiva. De no haber sido por la actitud vertical de los franciscanos en el sostenimiento del pueblo, el ensayo hubiese sucumbido en las llamas de la raza Caribe. Pero la voluntad creadora y la firmeza con que los eclesiásticos enfrentaron las dificultades, hicieron posible la conmemoración de este momento histórico.

La Nueva Andalucía, Oriente de Venezuela

De la misma tierra del conquistador opresor llegó el fraile bondadoso para endulzar con su amor y su bondad la obra de la caridad y defender la civilización cristiana en “esta tierra de gracia”, lejana del Señor. Es indudable que las misiones significaron un progreso sustancial sobre las formas del repartimiento. Estas fueron la mejor contribución de la iglesia a la notable epopeya de la conquista y poblamiento del Oriente venezolano, la que, además de fundadores de pueblos, eran maestros, arquitectos, etc.

El nuevo rumbo que toma la actividad misional en este lado del territorio, a raíz del ascenso a la gobernación de la Nueva Andalucía del capitán general Mateo Ruiz del Mazo en 1712, facilita el reinicio de la conquista y colonización de la vasta extensión territorial de la Nueva Barcelona, lo cual abre los caminos al nacimiento de San Mateo y a la ruta hacia el Orinoco.

Los misioneros españoles mostraron profundo interés por el bienestar espiritual de los nativos, bajo su rectoría se erigieron santuarios, construyeron escuelas para instrucción elemental y se difundieron las verdades religiosas. Siempre el animoso fraile estaba alerta contra la crueldad del conquistador y la avaricia destructora de los colonos; más aún cuando resultaban inútiles sus actuaciones, instruía al indio en la revelación de una existencia más santa y feliz, en donde la exclusión y el odio carecían de sentido.

La evangelización. Frailes Franciscanos de las Misiones de Píritu

En un avance profundo hacia el Sur el 21 de septiembre de 1715 fue iniciada la fundación de San Mateo por el apóstol de los Cumanagoto, Juan Moro. La misión conquistadora estableció un centro expedicionario en la Quebrada de Orituco para que le sirviera de apoyo. A la muerte de los fundadores Nicolás García, el 1 de julio de 1725, y de Juan Moros, el 4 de enero de 1732, son relevados por Pedro Cordero, el primer párroco en la ocasión cuando en 1744 es creada la parroquia eclesiástica.

Después de los sucesos ejemplares de 1752 y 1757, cuando se escandaliza el cristianismo universal con la publicación en San Mateo del “Rezo para los Cumanagotos”, y al producirse el primer grito a favor de la independencia en el Oriente de Venezuela, respectivamente, ambos acontecimientos protagonizados por los eclesiástico Pedro Cordero y Lucas de Mariño; en 1761 aparece, y hasta 1773, el sacerdote Juan Texeiro como rector local. A este le sustituye Lucas Alemán, a quien le fue realizado un Juicio de Residencia por no cancelar el trabajo que obligaba a los indios a realizar en sus terrenos. De 1786 a 1789, asume la parroquia el ministro del Señor Pablo Hervas. En 1809 se encarga el abate Miguel Caballero, predicador y confesor. En 1810 es electo delegado al Congreso que sancionó la Constitución que crea la “República Autónoma Soberana Colombiana de Barcelona”. Pero las contradicciones con el doctor Francisco Espejo no le permitieron plegarse a la referida Carta Magna El presbítero Manuel Antonio Hurtado, comandante del ejército libertador, va a ser el depositario de todo el arsenal de guerra que el Libertador trajo a Venezuela en la expedición de Jacme, y trasladó a San Mateo bajo la custodia vigilante del religioso Hurtado, en enero de 1817.

Ala izquierda de la actual iglesia de San Mateo

En 1831 el párroco es Francisco Aguilar y en 1846 llega Francisco Urbaneja. El canónigo Gregorio Perdomo conduce la feligresía en 1849, y ya en 1852 es suplido por Saturnino Ríos. En 1858 comanda la parroquia el prelado Antonio María. Planchart. En 1873 esta Juan Miguel de Los Ríos, distinguido solo por el Juicio Reivindicatorio accionado contra la Comunidad Indígena en sus propósitos de despojar a los indios de sus tierras.

En 1865 el Presidente Juan Crisóstomo Falcón aporta 13 mil pesos destinados para la construcción de la nueva ermita; del dinero no existe constancia de haber llegado; pero sí llegó, solamente alcanzó para excavar las bases que por mucho tiempo quedaron “sembradas” en una oquedad, en el lugar donde actualmente está la capilla.

Ya para 1880 se encuentra el eclesiástico Miguel Rojas, famoso por haber abanderado la construcción del templo impulsado por la Comisión Pro Construcción integrada por. Miguel Rojas, Carlos Celta, como Tesorero y Francisco Jerónimo Córdoba Coronado, como Secretario, y como suplentes Román Guzmán Ávila, Juan Miguel Guzmán y Pedro Antonio Guevara, la cual fue nombrada el 2 de octubre de 1887.

La junta en referencia es designada en votación popular realizada, en la sede de la escuela Federal Nº 265, en la que participaron los ciudadanos presbítero Miguel Rojas, Manuel de Jesús Rojas Linares, Román Guzmán Ávila, Pedro Antonio Guevara, Félix María Aguilar, Demetrio Alfaro Sifontes, Ángel Martínez, Matías Rojas Linares, Diego Guevara Alfaro, Pedro Alfaro Sifontes, Carlos Celta, Paulino Ochoa y Francisco Jerónimo Córdova Coronado. Estos abanderados contrataron los servicios del Alarife Ignacio Cornieli de Barcelona.

En 1888 se encuentra al frente del templo Santiago Sandoval, a este esclarecido cura lo sorprende el nuevo siglo y da mayor impulso a las labores de levantamiento del santuario. La prolongada ausencia de las asistencias religiosas en la localidad, es cancelada en 1921 por el sacerdote Rafael Granato. Este prelado inaugura el oratorio en 1923.

En 1942 asume como párroco Rafael M. Ruiz, y sucesivamente se van sustituyendo Francisco José Silva Arriojas, Rafael María Villasmil; en 1946 conduce a la feligresía Luis Frassato y en 1956 Luis Antoñón; en 1959 Luis Acevedo. Entre 1960 y 1995, se alternan Eladio Reza, Eladio Dorta, Luis Guillermo Escobar, Luis Piedrahita, Jorge Calderón, Omar Salazar, Luis Enrique Rivero y Diego Correa Ruiz. Del 2000 al 2015 George Jorge Baladí, Francisco Ruiz, Enrique Castro, Diego Correa Ruiz, Luis Suárez y Francisco Ruiz, en la actualidad conduce espiritualmente a la pléyade católica el pastor de almas Salcedo. Una legión sacerdotal empinada en modelar conductas y corregir caminos con el carácter y el temple que siempre ha caracterizado a los ministros seguidores de Jesucristo.

Presbítero Diego Correa Ruíz

Desde esta sección las felicitaciones son, en primer lugar, para la jerarquía eclesiástica en el estado Anzoátegui, que el 21 de septiembre de 2015 Consagró la iglesia; para la congregación de la capital del Municipio Libertad, que con tantos esfuerzos y sacrificios echaron adelante la celebración del magno evento, sin el concurso de todos ellos este acontecimiento no hubiese tenido la lucidez alcanzada. Y por último a toda la comunidad de San Mateo Felicidades por aquella celebrada ocasión que enalteció el gentilicio local.


Comentario a la publicación: "Las misiones españolas (...) son ventanas a nuestro pasado nacional. Como tal, sus visitantes aprenderán que la historia no es en absoluto como aparece en los libros de texto. Ver las misiones españolas es experimentar una historia que nos recuerda que la experiencia humana es relativa según los valores culturales de diferentes tiempos, gente, tradiciones e idioma. Más allá del esplendor de la arquitectura de las misiones, lo que vemos hoy es el efecto acumulativo de un proceso histórico que España provocó con sus esfuerzos para gobernar y cristianizar el Nuevo Mundo, cambiando culturalmente la tierra y la gente para siempre."  Joseph P. Sánchez, PhD


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