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sábado, 20 de marzo de 2021

Las estrictas nuevas normas del Vaticano sobre qué se puede y qué no se puede hacer con las cenizas de un difunto

 

La Iglesia católica considera permisible la cremación de los restos humanos, pero pide que se mantengan en un lugar de oración y no en casa.

Las cenizas de los difuntos católicos no se pueden esparcir, ni dividir, ni mantener en casa. Tampoco se pueden crear joyas a partir de ellas.

La Iglesia católica considera permisible la cremación de los restos humanos, pero pide que se mantengan en un lugar de oración y no en casa.

"La Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en cementerios u otros lugares sagrados".

Estas son parte de las nuevas instrucciones que la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano del Vaticano que se encarga de regir sobre la doctrina católica, publicó este martes con aprobación del papa Francisco.

La Iglesia no se opone a la cremación por razones "higiénicas, económicas o sociales", pero el nuevo documento marca el cambio más grande a su instrucción Piam et constantem de 1963, cuando las cremaciones fueron autorizadas por primera vez.

Disolución y desintegración, las opciones más ecológicas de la cremación

"Las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia", o en algún lugar con "jurisdicción" eclesiástica, ordenan las instrucciones Ad resurgendum cum Christo.

"No sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos".

Un sacerdote puede negar las exequias para un difunto que haya optado por su cremación al no creer en la fe católica, dice el Vaticano.

Celebración de misa católica

Algunas joyerías ofrecen servicios para convertir las cenizas de un difunto en una piedra brillante o varios tipos de adornos, lo cual es contrario a la nueva doctrina católica.

El Vaticano concede que las cenizas puedan ser conservadas en casa "solo en casos de graves y excepcionales circunstancias", o en lugares como en Asia donde la iglesia local lo prefiere.

 El documento no abunda sobre qué casos son "graves", pero el consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Ángel Rodríguez, dijo en la presentación del documento que una opción es cuando una persona lo pida "por piedad o cercanía".

 Para el corresponsal de la BBC sobre asuntos religiosos, Martin Bashir, la decisión del Vaticano llega para fijar la postura de la Iglesia ante algunas posturas contradictorias.

"Temiendo el impacto de las ideas naturalistas sobre el círculo de la vida, donde el cuerpo es considerado nada diferente a otra materia física, el Vaticano ha decidido aclarar su posición", dice Bashir.

Pero también advierte que esto puede traer "una carga económica" a las familias católicas y un aumento en la presión a los cementerios "la mitad de los cuales se espera que quede sin espacio en los próximos 20 años" en Occidente.

La mujer que quiere convertirse en abono cuando muera

Las nuevas instrucciones que la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó este martes cuentan con la aprobación del papa Francisco.

Las nuevas instrucciones que la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó este martes cuentan con la aprobación del papa Francisco.

Hasta 2014, en América Latina había unos 425 millones de católicos, lo cual representa cerca del 40% de los creyentes de esta religión en el mundo, según un estudio del Pew Research Center, de Estados Unidos.

En países como México, donde ocho de cada 10 personas se declaran católicos, las cremaciones alcanzan hasta el 80% en las grandes urbes como la Ciudad de México debido a la falta de espacio para las inhumaciones, pero también a que es un servicio más económico.

En cambio, en las poblaciones menos urbanizadas, el porcentaje se reduce a 40%, de acuerdo con datos de la red de funerarias Gayosso, la más grande del país.

Difuntos de poca fe

Además, la Iglesia católica puso una restricción para los difuntos de poca fe.

Los familiares de una persona que haya expresado su voluntad de ser cremado y sus cenizas esparcidas "por razones contrarias a la fe cristiana", no podrán solicitar las exequias, pues se le serán negadas.

Se espera que la mitad de los cementerios de Occidente se quede sin espacio en los próximos 20 años.

En la presentación del documento, el secretario de la Comisión Teológica Internacional, Serge-Thomas Bonino, fue más contundente en su oposición a la cremación de las personas a la que consideró como "algo brutal".

"No es un proceso natural, sino que interviene la técnica y no permite a las personas cercanas acostumbrarse a la falta de un ser querido", dijo en la presentación del documento.

Trajes de hongos que devoran tu carne cuando mueres y otras nuevas tendencias de entierros ecológicos en EE.UU.

Pero el mantener las cenizas en un cementerio o nicho "puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana", dice la nueva instrucción.

"Así, además, se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas".


Fuente. Redacción de BBC Mundo (25 octubre 2016)

 

 

sábado, 6 de marzo de 2021

Historia Familiar y Genealogía

Por Gustavo Alfredo Domínguez Martínez

A menudo estos términos son utilizados indistintamente y cada uno tenía originalmente su propia historia, reglas y desarrollos, sin embargo, es necesario establecer diferencias y similitudes entre los dos términos (aun cuando uno abarque al otro).

Genealogía

Genealogía se refiere a la búsqueda de ancestros y descendientes, en general en una línea desde uno mismo (2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, etc.) o de una persona en particular (por ejemplo un personaje histórico). Genealogía es la recuperación de información vital y familiar a partir de registros de diferentes tipos y su organización en patrones de relación significativos. Antes, la genealogía era considerada un hobby de las clases más pudientes. Gran parte de las actividades requeridas era la visita frecuente a archivos físicos, lo cual debía hacerse además en ciertas horas y formas. Respecto a la funcionalidad, la genealogía se utilizaba a menudo para demostrar relaciones familiares, sobre todo cuando se trataba de herencias. Hoy día la genealogía trabaja en conjunto con la genética para rastrear esas relaciones, gracias al uso de marcadores de ADN.

Historia Familiar

Historia Familiar, por otro lado, es la integración de toda esa información en el contexto social, económico y político de la época. Es la genealogía viva que se investiga para crear una narrativa. Muchas personas están interesadas en genealogía, y no en historia familiar (por la cual resulta conveniente mantener ambos términos separados). La historia familiar se enfoca en las anécdotas, mitos y leyendas. Observa los grupos en base a cada generación; cómo vivían, trabajaban, jugaban y viajaban; las tragedias, los éxitos, y sobre todo los eventos que marcaron sus vidas. La historia familiar incluye los parientes biológicos así como las relaciones políticas y sociales. La meta no es juzgar a nuestros antepasados desde nuestro punto de vista actual, sino comprender el mundo en el que vivían y el porqué de sus actitudes o decisiones. La disciplina de investigar historia familiar se asemeja a un trabajo detectivesco, similar a la búsqueda de respuestas en los casos fríos, o crímenes pasados, con la ventaja de hallar también historias de resistencia, valor, amor y amistad.

Cuando, por diferentes motivos, arribamos a esta increíble disciplina que es la genealogía e historia familiar, no es extraño espantarse por el prospecto de tremenda búsqueda: ¿Por dónde comenzar a investigar? Afortunadamente, podemos elegir el camino que se ajusta mejor a nuestros intereses y tiempos: ¿Queremos concentrarnos en el árbol familiar, definiendo únicamente nombres, orígenes y fechas? ¿Nos interesa averiguar cuáles eran los motivos que llevaron a nuestros ancestros a migrar, a contraer matrimonio, a elegir cierta persona como testigo? O ¿Deseamos incorporar test de ADN a nuestra investigación? 

El camino más frecuente es comenzar por uno mismo y avanzar hacia atrás, generación por generación. Podemos realizar esta búsqueda solos (lo cual es perfectamente posible y cada día más fácil con una conexión a Internet), o con la ayuda de un genealogista y un historiador que investigue a nuestro lado o de forma independiente. En este aspecto, Julio José contó con el apoyo y el gran aprecio de personas de reconocida trayectoria en la historia patria y genealogía como don Oldman Botello, Manuel Soto Arbeláez, Álvaro Armas Bellorín, Rafael Armas Alfonzo, Juan Ricardo Guzmán Hernández tan solo por mencionar unos pocos; el respaldo solidario de su esposa e hijos quienes le acompañaron en esta ardua, pero apasionante tarea de “Investigar gente Muerta”. Para Julio, lo más importante era ser metódico, seguir un proceso claro para no perder el rastro o enloquecerse con la cantidad de datos que comenzó a acumular. Era esencial poder volver siempre a los documentos originales: partidas de nacimiento, bautismos, matrimonios o muertes, registros de pasajeros de barcos, fotos.

El valor de la genealogía

Es difícil explicar a alguien que nunca se ha interesado (aún) por la historia de sus ancestros el entusiasmo que esta disciplina genera, pero quienes llevamos un tiempo buscando a nuestros parientes podemos asegurar que no existe en el mundo un hobby más apasionante. Y que una vez que abrimos el cofre de los recuerdos, es muy difícil de cerrarlo. La búsqueda tiene muchas veces más que ver con nuestra propia identidad que con la de las personas que nos precedieron. La genealogía y la historia familiar nos colocan en el centro de nuestra historia, nos da un contexto y una base, un pasado y un futuro. El tipo de trabajo que implica el repasar registros es científico a la vez que emocional: Los nombres que antes eran sólo letras se convierten en personas que podemos identificar, sentir, vemos sus firmas al final de una partida, su puño y letra y el papel sobre el que respiraron, hacemos algo que hasta el advenimiento del mundo digital no era posible: Convertimos en inmortal lo que pensábamos perdido.

El árbol genealógico de "Algunas Familias de la Cuenca del Unare y Llanos Orientales",  lo inició Julio José González Chacín con los diez o doce nombres que tenía en la memoria, una hoja de cuaderno escrita a mano cuando apenas era un adolescente y muchas preguntas a padres y familiares cercanos. Hoy su árbol incluye más de 16.711 individuos y su última actualización fue el 24-09-2019, diecinueve días antes de la ascensión de su creador a otros planos.

Nosotros cumpliremos nuestro tránsito, como lo hicieron nuestros abuelos, sus primos, sus padres. Pero todos nosotros existiremos aún en algún rincón de Internet, donde los 16.711 individuos, familiares y colaterales del árbol seguirán unidos por las líneas que trazó un guaribero entusiasta, jovial, empecinado, amigo sincero y amante a más no poder de la Genealogía y la Historia Familiar: Julio José González Chacín. En este orden de ideas, y como coautor del árbol genealógico de "Algunas Familias de la Cuenca del Unare y Llanos Orientales", con las directrices primarias de Julio José, el también metódico, exigente y preclaro Juan Ricardo Guzmán Hernández, tomamos la iniciativa de crear el árbol genealógico de "Algunas Familias del Oriente Venezolano" para resguardar de alguna manera tan invaluable legado, y al propio tiempo, no perder el rastro o enloquecerse con la cantidad de datos recopilados por Julio José y Juan Ricardo, quién suma una cantidad inmensa de ellos.

"Aquí queda mi aliento, aquí mi sangre que seguirá cantando ya no a tu lado, sino dentro de ti" - (Epitafio en la tumba de Artajerjes Muñoz)

 

Por Gustavo Alfredo Domínguez Martínez (gustavo.dom.mart@gmail.com)