Por Álvaro Armas Bellorín. Cronista de Clarines. Viernes, 10 de diciembre de 2010. (Algunas Familias de la Cuenca del Unare y Llanos Orientales)
La primera vez que el nombre de “Uchire” aparece en la
historia para señalar la existencia de un poblado o de una comunidad, fue el
año 1594, fecha en la cual el Capitán español Juan García Carrasco, fundó, en
la desembocadura del río Uchire al caserío “San Juan de la Laguna de Uchire”.
Esta fundación significó el inicio de una serie de acontecimientos que trajeron
como consecuencia el origen y formación de lo que hoy conocemos como: Sabana de
Uchire y Boca de Uchire, dos pueblos parteados por la violencia.
San Juan de la Laguna de Uchire, fue fundado estratégicamente
para facilitar el paso del ganado vacuno que frecuentemente se trasladaba desde
los llanos hasta Cumaná y Araya, pueblos estos siempre carentes de carne para
el consumo humano; sin embargo, aun cuando la razón de su existencia se basaba
sobre este poderoso argumento, duró muy poco.
En 1629, es decir, 35 años después de haber sido fundado, decidieron abandonarlo al no poder resistir a la tragedia de los asaltos de las tribus aborígenes aledañas, quienes sabiéndose legítimos propietarios del territorio, se resistían a no aceptar la actitud deshonesta e inhumana de aquellos conquistadores; siendo el último suceso contra aquel pueblo y el decisivo para que sus habitantes lo desalojaran completamente, la acción que liderizó la Cacica Magdalena cuando atacó con grupos palenques, la ranchería que conformaba aquel pueblo en represalia a la actitud de un conquistador español que había dado muerte a varios aborígenes palenques y raptado otros con el fin de trasladarlos a Caracas para esclavizarlos anexándolos a sus servicios. Con este suceso violento, San Juan de la Laguna de Uchire desapareció completamente, sin embargo desde ese momento, la zona aledaña a la desembocadura del rió, es decir, lo que hoy conocemos como Boca de Uchire, empezó a conocerse con el nombre de. “Sitio de Uchire” o “Asiento de Uchire”.
Pasado algunos años de la desaparición del pueblo San Juan de la Laguna de Uchire, nació el pretexto del español de defender contra los holandeses, la larga salina que conformaba parte de lo que hoy conocemos como la Laguna del Unare (ver imágen satelital), y por supuesto, reforzar la idea de la ubicación estratégica que significaba el “sitio de Uchire” como puerto tradicional para el embarque del ganado y cueros.
Es importante tener claro que lo que hoy conocemos como “la
Laguna del Unare”, era, en su gran mayoría una inmensa salina que se extendía
desde las márgenes del río Unare - cerca de su desembocadura - hasta las
orillas de la Laguna de Cariamana, que quedaba en las cercanías de la
desembocadura del río Uchire, salina esta considerada por los españoles como
una peligrosa atracción para aquellos pueblos extranjeros que necesitaban de la
sal como un elemento indispensable para los navegantes de aquel tiempo, entre
ellos los holandeses.
Así pués, con estas dos excusas, la importancia estratégica
del sitio y la necesidad de proteger la salina, Juan de Urpín decide fundar
en el mismo sitio donde existió San Juan de la Laguna de Uchire, lo que se
conoció como La Nueva Tarragona, en honor a la “fiesta de la degollación de San
Juan”; fundación esta que corrió con menos suerte que San Juan de la Laguna de
Uchire, pues apenas, si duró 5 años fue mucho.
Esta nueva fundación se llevó a cabo el 2 de mayo de 1638 y fue abandonada por sus pobladores, el 15 de julio de 1643 después de sufrir repetidos ataques de los aborígenes de la tribu Tomuza, quienes espoleados por los excesos que contra ellos se cometían, incendiaron y desalojaron totalmente la recién fundada Tarragona. Sin embargo en su efímera existencia vale la pena recordar un logro importantísimo de su fundador Juan de Urpín, quien a raíz de una confrontación bélica que tuvo con los holandeses el año 1640 por la posesión de la salina y además, en vista de la imposibilidad cierta de protegerla constantemente; se propuso inutilizarla, construyendo para ello un canal que conduzca agua dulce directa desde el sitio mas cercano del río Unare, hasta la salina con el fin de sesgarla, logrando así ensanchar considerablemente lo que en aquel tiempo se conocía como la Laguna de Cariamana y a la vez creando involuntariamente, lo que hoy conocemos erróneamente como la Laguna del Unare, que en definitiva es, un inmenso estuario, con 22 Km. de longitud por 7 Km. de ancho, el cual proporciona, una valiosa fuente de recursos con la buena pesca que allí abunda (Camarones, Lisas, Róbalo, Chamacos y Lebranches) con un peculiar y exquisito sabor; sin mencionar el inmenso valor que tiene este gran estuario desde el punto de vista ecológico, como ecosistema y reservorio de aves donde se albergan especies en vías de extinción, así como otras migratorias que se alimentan principalmente de los crustáceos (camarones y cangrejos) que abundan en la Laguna.
Este canal, fue realizado el año 1642 y costó
aproximadamente, según cálculos del propio Juan de Urpin, 50.000 ducados.
Además, fue necesario convocar a los pocos caciques de los poblados indígenas
que congeniaban con los españoles, para lograr el grueso de la mano de obra. El
mismo Urpin al escribirle al rey, describe algunos detalles de los costos:
...“de solo maíz reunimos cinco mil quinientas fanegas, sin
mucho casabe y otros bastimentos; se trajeron un mil quinientas reses vacunas
para el beneficio y abastecimiento; fabricáronse muchos ranchos; convocáronse
indios sin número y fue el trabajo de unos y la diligencia y el cuidado de
todos tan porfiado que en tres meses se vieron logrados mis deseos…”.
Con el tiempo la laguna siguió ensanchando sus límites hasta
lograr que parte de los caños que conforman el Delta del Unare, se incorporen a
la laguna (Caño Norte y Caño Sur) siendo hoy en día los que surten con mayor
cause de agua dulce al gran estuario que hoy seguimos conociendo como la Laguna
del Unare.
Joan Orpí i del Pou, también llamado Juan Orpín o Urpín
(Barcelona, España, 1593-Barcelona, Venezuela, 1645) fue el último conquistador
de Venezuela y un administrador español.
En junio de 1623, con el nombre de Gregorio Izquierdo,
embarcó como soldado en una expedición destinada a defender las ricas salinas
de Araya (Venezuela), que los neerlandeses pretendían apropiarse.
En 1624, el gobernador de la Nueva Andalucía, Diego de Arroyo
Daza, nombra a Urpín Teniente General de la provincia de Cumaná (puesto que
ocuparía hasta 1627-28). Ese mismo año la Real Audiencia de Santo Domingoreconoce su título de licenciado en Derecho obtenido en Barcelona, lo que, tras
su estancia en Cumaná, le permitió ejercer de asesor jurídico en Caracas por
encargo de la misma Audiencia.
En 1631 se traslada a Santo Domingo. Allá, la Real Audiencia
solicitó aspirantes que pudieran llevar a cabo, con sus propios medios
militares y económicos, la conquista de la zona habitada por los indios
cumanogotos, que dificultaban las comunicaciones e impedían el comercio entre
las gobernaciones de Venezuela y Cumaná. Dicha zona comprendía fundamentalmente
las cuencas de los ríos Unare y Neverí. Orpí optó a realizar tal misión y en
diciembre de 1631 le fue finalmente encomendada a él.
A pesar de la oposición de los otros tres pretendientes (más
poderosos e influyentes que él) y del gobernador Francisco Núñez Melián (que
llegó incluso a encarcelarle), en 1632 consigue organizar la expedición y se
adentra en el nuevo territorio. Fundó los asentamientos de Santa María de
Manapire y San Pedro Mártir, pero le fue revocada la concesión de la colonización
y gobernación de las nuevas conquistas. Esto le obligó a pleitear para
recuperarla, primero ante la Audiencia de Santo Domingo (1633) y luego ante el
Consejo de Indias, para lo cual tuvo que viajar a España. Finalmente en 1636
consiguió la confirmación del nombramiento.
Reemprendió la exploración, conquista y colonización,
derrotando definitivamente a los cumanogotos en 1637. En febrero de 1638 fundó
Nueva Barcelona del Cerro Santo (la actual Barcelona). El territorio que agrupó
bajo su mandato se extendía desde San Felipe de Austria (hoy Cariaco) hasta el
Cabo Codera, y desde este al Orinoco. No pudo expandirlo, pues encontró fuerte
oposición de las gobernaciones vecinas, cuyos límites ya estaban prefijados.
Llamó a su jurisdicción Nueva Cataluña, aunque a la postre las autoridades de
la Corona no ratificaron oficialmente el nombre. Durante su gobierno Urpín
defendió la costa contra los ataques neerlandeses e impulsó el desarrollo de la
ganadería y la agricultura, y tuvo que enfrentarse a varios obstáculos
políticos y legales que le pusieron sus detractores y enemigos. Murió el 1 de
julio de 1645, sin haber terminado de realizar sus planes al frente del
gobierno. En 1654 la provincia de los Cumanogotos fue abolida y su territorio
se integró dentro de la jurisdicción de Cumaná.