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miércoles, 14 de octubre de 2020

Jesús Ramón “Moncho” Trías Valera

Por Juan R. Aguilarte T.


Hoy es uno de los últimos sobrevivientes de una camada de prohombres que supieron interpretar las señales de su tiempo, que lograron sembrar su nombre en la historia regional

El pasado sábado 16 de enero cumplió 92 años Jesús Ramón Trías Valera. Venido de las tierras de El Pilar en el municipio Simón Bolívar se asentó a muy temprana edad en el centro de la capital junto a sus padres y hermanos.

Hijo de Don Eusebio Trías y Doña Ernestina Valera Herrera, esta última conocida por su profunda inclinación católica y su dedicación a la formación religiosa.

Desde muy temprano Jesús Ramón dio a conocer sus dotes innatos para las matemáticas, los negocios y la política. Sus estudios de primaria, para aquella época muy exigente, los realizó en la Escuela Federal para varones, embrión de lo que sería más tarde conocido como el liceo Juan Manuel Cajigal.

Con apenas 16 años, y ante la difícil situación económica familiar, aceptó el cargo de maestro en la población de Sabana de Uchire, en la zona oeste de Anzoátegui. De regreso a la capital del estado incursionó en el mundo de los negocios, la política y lo gremial. Contrajo nupcias con Clara Rosa Centeno, formando una numerosa familia con hijos, nietos y bisnietos.

En lo primero, su gran obra: “Comercial Trías Valera”, una de las más grandes ferreterías del oriente del país, se mantuvo desde 1945 hasta 1998 cuando un voraz incendio la consumió totalmente.

En lo político formó filas junto a Domingo Guzmán Lander, Bello Valera y Domínguez Chacín en el partido de Jóvito Villalba de URD. Fue concejal y presidente del concejo municipal de Barcelona en los inicios de la era democrática.

Internamente se cuadró con Alirio Ugarte Pelayo y una vez desaparecido este prestigioso líder, se alejó del partido amarillo y se ha mantenido independiente cercano al socialcristianismo desde entonces.

En el mundo gremial es donde más prolífica ha sido su actuación. Miembro fundador de la cámara de comercio de Barcelona, miembro fundador de la sociedad de amigos de la Universidad de Oriente (SACEUDO) núcleo originario de la UDO, miembro fundador de Corporiente, miembro fundador de Caztor, Fundador del Club de Leones de Barcelona y del Country Club de Puerto la Cruz.

Son muchos los campos donde incursionó, siempre preocupado por los destinos de su querida Barcelona.

Hoy es uno de los últimos sobrevivientes de una camada de prohombres que supieron interpretar las señales de su tiempo, que lograron de alguna manera sembrar su nombre en la historia regional.

En buena forma física y mental es un testimonio fiel de los avances y retrocesos de la ciudad capital del municipio Simón Bolívar.

Un libro abierto para quien quiera conocer la verdadera historia regional desde 1941 hasta nuestros días. Con sus relatos es fácil revivir en imágenes los grandes acontecimientos que le ha tocado vivir a la ciudad.

El Barcelonazo en 1962 y la inundación en 1970 cobran vida en sus narraciones como si fueran parte de su existencia.

Son noventa y dos años bien vividos, con constancia y disciplina, las mismas que lo obligan a seguir, levantarse temprano en la mañana para dirigirse como lo hace desde 1945 a su sitio, a su “negocio” que, bajo otro nombre y justo detrás de donde hiciera historia “Comercial Trías Valera”, lo espera mañana y tarde, como espera el puerto al marinero, las aves al atardecer o los peces a la atarraya de los humildes pescadores.

Moncho Trías Valera un ejemplo de rectitud, de lucha y de valor para sus hijos y nietos, un ejemplo para quienes triunfan a base de sacrificio y de sus propios esfuerzos.

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