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miércoles, 14 de octubre de 2020

Carlos Pinto

 Jesús Rafael (Chucho) Saume Barrios

(Transcripción de Elías Charlita García)


Continuando con el reportaje que sobre Carlos Pinto publicó Alfredo Armas Alfomzo, presentamos el testimonio que al escritor le ofreció el también célebre Jesús Saume Barrios.

Disfrútenlo.

Historiador, Cronista. Autor de la obra "Algo de Guanape" (Grafindustrial Aragua, abril de 1979), empresario comercial, residenciado en Maracay. Su otra obra fue Silleta de Cuero.


-Yo guardo de Carlos Pinto una imagen inolvidable: un hombre con un slack blanco, de cachucha, y con unos lentes puestos de esos grandes de montura gruesa como los que usaba el propio Charles Lindbergh cuyo retrato difundieron las agencias internacionales de noticias cuando el aviador norteamericano realizó la proeza de cruzar el océano Atlántico, solo, en un viaje sin escalas,  por primera vez en la historia aeronaútica del mundo. Esos retratos aparecieron en "El Nuevo Diario", "El Universal", "La Esfera" y "La Religión", y cualquier muchacho se dejaba llevar de la imaginación.

-Carlos Pinto también los llevaba no sobre los ojos sino encima de la cachucha, sobre la visera.

-Se paseaba por las calles de Guanape en un descapotable grande, él al volante regalando sonrisas como si fuese el de la hazaña famosa bajando de su avión en el aeropuerto de París.

-Siempre fue un espectáculo. La otra vez que me acuerde fue aquella cuando se paró en El Mamey, la hacienda del viejo Barrios, en un carro grande que echaba mucho humo y levantando polvo. Venía de Guaribe Tenepe, de San José de Guaribe. Siempre iba y venía de aquí para allá.

-Lo volví a encontrar cuando yo me empleé en el negocio mercantil del coronel Pedro Pablo Gonzalo, en Puerto Píritu, y Carlos Pinto iba a comprar los artículos para una bodeguita que él tenía en el campo. Siempre se llevaba media caja de sardinas (24 latas), media caja de salmón, media caja de velas, media caja de añil, media caja de pólvora Indian que venía en laticas redondas, rojas, en cuñeticos que llamaban; un saco de guáimaros desde el calibre más fino hasta el guáimaro tigrero. Esas municiones venían en bolsitas de doce kilos y medio.

-Siempre venía en el camión de Maturrero, y con el mismo Santos Maturrero se llevaba la mercancía.

-Tenía la piel colorada y nunca aflojó la cachucha, que se la tiraba para atrás.

-Movía la prótesis continuamente; en la de arriba lucía un diente de oro, pero de ese oro que era amarillo.

-Yo me fui a trabajar con el coronel Gonzalo en abril de 1941 y estuve con él hasta finales de 1945 en el negocio. Esos eran los años.

-En todos nuestros recuerdos de aquel tiempo se aparece Carlos Pinto. Nunca faltó a las fiestas de Guanape y nunca debió perderse

las fiestas de Uchire, las del Valle, las de todos estos pueblos, aunque creo que él no salió más allá de Guaribe por este lado.

-Una vez se le adelantó un negrote cojonudo y bandido e instaló su cámara en la plaza. Ahí estaba en su negocio hasta que llegó Pinto y todo el mundo fue con él. Se le acabó pués su negocio al negro.

-La cámara tenía pintadas las patas de colorado, la caja era amarilla y azul, toda cubierta por los lados con las fotos. Al frente llevaba una fotico, que debía ser él, arriba, de un lado. Se terciaba el trípode al hombro, el balde en una mano, el pañito sucio colgado del mismo brazo. Así iba de la posada hasta la esquina de la casa de las Díaz donde se ponía.

-Cobraba tres bolívares, corrijo, dos bolívares cuando mucho, que era mucho real entonces y por eso todo el mundo no podía retratarse.

 -No se emborrachaba. Nunca.

-En el solar de Alejandro Sarmiento fue que pasó la película "La confesión de un sacerdote".

-La primera película parlante que Carlos Pinto llevó a Guanape fue "Congoja". La función fue en la casa de la jefatura donde después pusieron el dispensario. Había un escudo nacional grabado en el piso de cemento. Ahí en el dispensario tenía el cine Pinto. Ahí vimos también una película donde aparecía el lago de Xochimilco y cantaban canciones mexicanas que le gustaban mucho a las gentes. Los primeros charros que uno conoció. Juan Arvizu cantaba en "Congoja".

En la crónica sobre las fiestas patronales de Guanape del libro " Algo de Guanape", Jesús Saume Barrios describe al personaje:

"Carlos Pinto, el fotógrafo más conocido de todos los pueblos de la parte noroeste del estado Anzoátegui, está instalado con su máquina de retratar al minuto en la acera de las Díaz. Son muchos los que esperan turno para posar sentados en una silla de esterilla que siempre le facilitaban las dueñas de la casa. Una palmera a la orilla de un riachuelo con dos garcitas topándose los picos pintados en un lienzo de hule, era el fondo con que quedarían grabadas todas las fotos de Carlos Pinto en esa fiesta de 1938. Por la tarde estaría con una Limonsina Ford paseando a la gente desde Boquemonte hasta Las Tejerías y las Varas. Un real los mayores y medio los muchachos era la tarifa."


Link de la publicación original:

https://www.facebook.com/algunasfamilias/photos/continuando-con-el-reportaje-que-sobre-carlos-pinto-escribi%C3%B3-alfredo-armas-alfon/10150321562714387/

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